UNIVERSIDAD
NACIONAL, COSTA RICA
ECOLOGÍA
INDIGENA
PROFESORA:
DEBORAH LEAL RODRIGUEZ
TEMA:
COSMOVISIÓN DE CULTURAS ANCESTRALES
ALUMNO:
DANIELA BLANCO
RESEÑA
DE AUKANAW
AUKANAW
Según
Aukanaw los mapuches poseen una tradición cultural milenaria que se manifiesta
en corpus de conocimiento de orden trascendente, cosmológico y religioso. La
autentica y maravillosa ciencia sagrada. Se trata de un saber que se muestra
como secreto, está ahí, pero pocos creen en el o se niegan entenderlo.
A
partir de esta transmisión Aukanaw nos hablaba de que el camino está "más
allá del chamanismo", este último no lleva a ningún lado, tan sólo nos
permite "pasear" con el alma dentro de los niveles cósmicos, pero no trascenderlos,
sólo la Sabiduría de los Antiguos (kuifikeche) es la única llave que abre la
puerta de esta gran jaula que es el Cosmos, hacia la verdadera Libertad.
Chamanismo y hierología
Todos los pueblos sin maquinismo e integrados ecológicamente al medio natural en que habitan, tienen, por raíz de su cosmovisión, la vivencia de lo sagrado. O sea que absolutamente todos los aspectos de su cultura (arte, ciencia, música. juegos, costumbres, etc.) están regidos sin excepción, por cánones sagrados. Ese
hombre vive inmerso en un cosmos impregnado de sacralidad. A la cultura de esos pueblos, que tienen por eje de actividades lo sagrado, la llamaremos hierocéntrica (del griego, hieros = sagrado), pero no teocéntrica, (gr. Theos = dios) pues las divinidades sólo ocupan la atención completa del hombre ordinario en los momentos de crisis individual o social.
Toda cultura hierocéntrica, como son, por ejemplo: la mapuche, la
hopi, la bantú, la de cualquier pueblo prehistórico o las de Grecia, Roma,
India, Israel o China arcaicas, tienen un medio a través del cual se manifiesta
directamente lo sagrado: el Chamán, este es un ser humano especial que tiene
comunicación directa con sus dioses. espíritus, y realidades no-ordinarias,
siendo a la vez sacerdote, extático, curador, artista. poeta, músico, juez y
preservador de la ecología cósmica, el chamán mapuche más
conocido es el machi.
La religión chamánica forma un complejo coherente que siempre está
presente en los orígenes de toda civilización y de toda religión burocratizada
y teologizada y la concepción de lo sagrado en el mundo y en el papel que tiene
el hombre en esa relación, es una de las ideas centrales de la vida religiosa y
social del mapuche, tiene una percepción
vivencial de una naturaleza dotada de sacralidad y además el chamanismo no puede ser excluido
de los ritos en virtud de la importancia que tiene para la imaginación y la
vida de cada araucano.
El Camino del chamán
Es sabido que todo Machi (chamán) para ser iniciado en su sacerdocio debe pasar por una serie de pruebas rituales que, de aprobarlas, lo cualificaran para la función. Estas pruebas se hallan presentes a lo largo de un viaje místico, e implican sin excepción un descenso al mundo inferior y la muerte simbólica del candidato, para ascender posteriormente a la región celestial o superior con un segundo nacimiento en un estado trascendente del ser, volviendo finalmente al Mundo terrenal o humano.
El camino de descenso a esa región cósmica (según la cultura:
mundo, mundo de los muertos, centro de la tierra, infiernos, etc.). Allí el Machi
sufrirá su muerte. Hay que reconocer que el viaje de descenso y la
muerte simbólica son los preliminares de la iniciación, su camino, y no la
iniciación misma.
Para
llegar allí es preciso, luego de un largo y obstaculizado viaje cruzar un
oscuro y peligroso río (Küllenleufü) a bordo de un fantasmagórico navío
(Kaleuche), previa entrega de un "pase" a una vieja guardiana y guía
(Trempulkalwe), caso contrario el alma será condenada a vagar penando, y si el
imprudente es un ser vivo será atrapado y morirá por pérdida del alma (salvo
que un Machi logre rescatarla a tiempo).
El mundo inferior está situado simbólicamente en el
interior de la Tierra, pero no en su centro, y para las tradiciones chamánicas
las entrañas de la tierra son "entrañas" de la
tierra, son como el útero, matriz, o seno materno y se dice que es el proceso
que recorre el machi para renacer, que fue por donde salieron los primeros
hombres en uno de los ciclos cósmicos. Los mapuches al igual que los hopi y
toltecas ven ese selo materno reflejado en la tierra.
El viajero encontrará en su camino restos de chamanes que fallaron
o se extraviaron del sendero después de esta serie de pruebas estará capacitado
para rescatar almas de otros ya sean robadas, perdidas o para cumplir su
función de psicopompo, es decir, conductor de almas al más allá o como guía
espiritual.
El machi realiza físicamente el viaje al mismo tiempo que lo
emprende espiritualmente. Él físicamente realiza un camino y lo recorre en los
niveles espirituales creando así una cartografía cósmica que a su vez le
servirá para regresar sin extraviarse en caso de no llegar al punt6o deseado o
para que deferentes discípulos puedan seguir ese hilo de Ariadna en su
realización espiritual.
Este viaje fue adoctrinado por el primer machi de la historia:
quien es el que se devora en el mundo inferior al neófito mapuche
descuartizando para luego vomitarlo ya inmortal y este primer machi tiene
aspecto de felino.
Los machis transmiten a su pueblo en signos, cantos y danzas, la
naturaleza de la geografía cósmica que les ha sido revelada en el proceso de
sus trances iniciales y viajes del alma.
El viaje, puede ser:
1. El del alma del muerto.
2. El del alma de un vivo muerto simbólicamente
(Machi, id est: Chamán)
3. Proceso de individuación, la integración del
Sí, el ideal supremo de todo ser humano.
4. Metafísicamente: el
viaje será el recorrido a través de la multiplicidad de estados o modalidades
del Ser ("espíritu") manifestado.
Este último nivel es el
que está representado en las tramas genealógicas: Es decir que no son antepasados sino el mismo
Ser ("espíritu") en anteriores manifestaciones existenciales (no se
debe confundir a esto con la "reencarnación"). Si metafóricamente
imaginamos que retrocedemos en el tiempo y que en pocos segundos pasamos de la
vejez a la madurez, de la juventud a la niñez, del parto al feto y de éste al
embrión. Cada una de estas etapas de vida son distintas modalidades
existenciales o manifestaciones de un mismo ser ("espíritu") y todas
ellas están unidas por un hilo invisible, a través del tiempo y del espacio,
que nos permite conservar nuestra identidad.
Hemos reunido lo
disperso, lo manifestado, de nuestro ser. Nos hemos reintegrado a la fuente de
nuestras múltiples existencias. Recorriendo este sendero en sentido inverso, o
sea desde el espíritu hacia nuestro actual estado humano, pasaremos por una
serie de estados no-humanos anteriores al embrión o posteriores a la muerte,
que simbólicamente se representan en la cultura mapuche como vegetales o
animales.
Este hilo nace de la
Madre Tierra (principio cósmico pasivo, el Yin de los chinos la Prakriti de los
hindúes, representado en nuestra realidad sensible por el ámbito telúrico) por
eso el mapuche se siente ligado como por cordón umbilical a su "Madrecita
que todo lo da, y nada lo pide", por eso el mapuche no puede vivir sin su tierra,
como un árbol sin el humus o un feto sin su madre. Su carencia es una muerte
metafísica, mucho más dramática aún, que la misma muerte física. Es como estar
muerto en vida, o morir marchitándose en una lenta y penosa agonía.
Aquellos
"espíritus" que están listos para manifestarse en el estado humano se
incorporarán a una segunda madre (humana) saliendo de algún centro cósmico está
mujer les brindará un vehículo de manifestación idóneo para tal estado.
PIRÁMIDE
Era de vital
importancia que las ceremonias eran realizadas en un tablado o especie de
pirámide escalonada de madera. dicho tablado se halla representado en forma esquematizada
en los tejidos mapuches, como un motivo denominado actualmente
"palentre".
El motivo textil se
halla también en algunas pinturas rupestres, de allí la conexión que
Casamiquela cree
encontrar entre el tablado
ritual, según él pirámide trunca o escalonada, y dichas pinturas, tiene un
número variable de gradas, correspondiente, a los niveles cósmicos mapuche.
Los centros cósmicos
son como entradas y salidas que pueden tener origen o formas como por ejemplo
la chimenea de volcán, el hueco de un árbol, cuevas o madrigueras, un
manantial, la caída de una cascada, el fondo de un lago o inclusive el mar,
estos lugares son centros de concentraciones de mucha energía para los
mapuches.
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